Uno de los primeros objetivos de la II República fue desarrollar
una legislación que garantizara una escuela pública obligatoria, laica y mixta.
El fin: educar a los niños atendiendo a su capacidad, su
actitud y su vocación, no a su situación económica.
Fue el cimiento de todos aquellos colegios que se construyeron
para poder desarrollar un proyecto educativo que fue referente de muchos países
europeos. Y entre los 33 Colegios creados en Madrid, nació el Colegio Amador de
los Ríos, que se inauguró el 14 de Abril de 1933.
Lo hizo como un centro moderno que contaba
con 14 aulas con capacidad para 700 escolares (niñas y niños), un comedor para
250 plazas, una biblioteca “magnífica” según la prensa de la época, un campo de
juego, 24 duchas individuales y terrazas. No fue barato, pero la educación
siempre es una inversión y nunca un gasto. El Amador de los Ríos costó
1.144.991 pesetas.
81 años después, muchos de los colegios que se construyeron en
aquella época han dejado de serlo, pasando a realizarse en ellos otro tipo de
actividades, siendo absorbidos por otros, simplemente perdiendo su condición de
públicos.
Con el pretexto de la crisis, se ha ido poco a poco desmantelando
la escuela pública. Ya no es una Ley que lucha contramarea por imponerse a la
mayoría de la comunidad educativa. Son pequeñas acciones políticas que erosionan
lentamente, discretamente, sin levantar tantas ampollas.
Una de estas pequeñas erosiones es la desaparición progresiva de
líneas o clases dentro de los centros públicos, en detrimento de los
concertados o privados, en los que nada de esto sucede.
En el Amador, el año pasado se comunicó el 4 de Septiembre la desaparición
de dos clases o líneas, sin que el Colegio tuviera previamente noticia ni
sospecha alguna de esta decisión. Luego la Consejería de Educación informó de
que este defecto de forma y déficit de información respondía a un “error
informático”.
Este año se ha producido otra irregularidad todavía más clamorosa.
Se ha recortado una línea antes de publicar las plazas ofertadas. Las
consecuencias predecibles: al no existir dichas plazas oficialmente, los
posibles padres y madres de nuevos alumnos, no las reclaman.
Con estas medidas injustas se incumple sistemáticamente
el Artículo 27 de la Constitución, punto 5, que expresa: “Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación,
mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva
de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes”.
La excusa de la crisis ha servido para ir desmantelando la
educación pública, redirigiéndola a otros centros, en un interés meramente
económico y sectorial, convirtiendo a los alumnos en clientes.
El documental MEMORIA DE
UN COLE cuenta la historia del Colegio Público Amador de los Ríos, un
centro que nació para ser colegio y que siempre fue estatal. Ahora, después de
81 años, recibe el peor de los ataques, planea sobre él un futuro incierto que
puede acabar con su desmantelamiento.
Los padres y madres del Amador lucharemos para que cumpla otros 80
años más… …Una línea menos, un paso adelante.
MEMORI
A DE UN COLE (30 minutos)
ampamador14@gmail.com